19.4.12

R18

Bloom
15 Step
Morning Mr Magpie
Staircase
The Gloaming
I Might Be Wrong
Weird Fishes/Arpeggi
Pyramid Song
Nude
Skirting on the Surface
Kid A
Lotus Flower
There There
Karma Police
Feral
Idioteque

Encore 1:
House of Cards
Separator
Reckoner
Everything in its Right Place (True Love Waits intro)

Encore 2:
Give Up the Ghost
Exit Music (for a Film)
Paranoid Android

R17

Bloom
15 Step
Airbag
Staircase
The Gloaming
Morning Mr Magpie
Supercollider
I Might Be Wrong
Nude
Reckoner
Identikit
Little by Little
Lotus Flower
There There
Feral
Idioteque

Encore 1:
You and Whose Army?
Kid A
Exit Music (for a Film)
Paranoid Android

Encore 2:
Give Up the Ghost
Planet Telex
Street Spirit (Fade Out)

12.4.12

ACG

La Asociación Cartelista del Golfo, grupo de reciente alcurnia, y constante donador de grandes sumas de dinero a caridades relacionadas con la desintoxicación de niños y adolescentes, se ha convertido en una de las potencias económicas mundiales. Habrá que aclarar que tal asociación, como toda que se precie de ser respetable, tiene un origen tan oscuro como el cuento del huevo y la gallina. El caso es que tal asociación, como toda que se precie de ser exitosa, tuvo que desafiar el status quo, mutar en lo impensable, y traspasar la barrera de un simple acto de prestidigitación local para convertirse en un mastodonte de la salud mundial; económicamente hablando, por supuesto. Hace muchos años, tantos que todos los altos ejecutivos de tal grupo que se han retirado apelan no recordar la edad que tenían cuando Osiel Cárdenas fue enviado a las sombras para algún día salir de ellas para ocupar un asiento al lado de Carlos Slim en la Cámara de Empresarios por un Bien Común, la ACG era una banda de traficantes de sustancias que en aquel entonces eran consideradas peligrosas para la salud. Claro, el alcohol y el tabaco han sido peligrosos desde siempre. Sin embargo, la hipócrita legalidad, con sus vaivenes y contraltos, creo una excusa poderosa para cualquier mal padre que achacara su mal actuar a cualquier factor externo: se les podía comprar en casi toda esquina de casi toda ciudad. Vaya, exclamaba cada uno de estos padres, si se pueden comprar en cualquier changarro, no pueden ser tan malos. Veintitrés años después de la convenientemente siempre mencionada Tarragona, y ante la baja afluencia de efectivo, aunada al descontrolado terror que impartía ya La Mano Con Ojos en los corazones de los traficantes de Latinoamérica, la organización que nos atañe sacrificó una cantidad considerable de sus miembros, sicarios sobre todo, invirtió fuertes cantidades en energías renovables, se puso al corriente con ciento séis años de impuestos atrasados, limpió sus finanzas, y comenzó un largo camino en la explotación de lo que "ser Tamaulipeco" quiere decir - pemoles y cueras de por medio. Aceptémoslo, cuando los políticos, incluso los de Estados Unidos, quienes se vieron altamente conmovidos por la ayuda que la ACG prestó a todos los indocumentados mexicanos para que volvieran a su hogar y rerecomenzaran sus vidas en un lugar lejos de los céspedes americanos, ven millones de dólares rozar las llemas de sus dedos, activan inconscientemente la oportuna cualidad de hacerce güeyes y ver para otro lado. Entonces, ojos al piso, manos extendidas, y saliva por los suelos, la memoria se les nubla, cual si bebiesen ajenjo, y perdonan a aquellos con suficientes méritos para transformarse en personas de bien. Además, habrá que mencionar que la en aquel entonces en proceso de convertirse en ACG prestó a aquellos pistoleros que no había aniquilado, al ejército para la caza de aquel antiguo brazo de los Beltrán Leyva, quienes lejos de respetar al pueblo como cualquier cártel de la epoca hacía, empezaron un escalada de violencia tan dantesca, que eliminaron al cuarenta y cinco por ciento de la población del estado de México. Tal ayuda no fue provista en vano ya que Osiel, aquel Osiel de tantos narcocorridos, al regresar a su país de origen fue recibido con el puesto máximo de responsabilidad en una asociación que nunca dudo en llamarse guardiana de las buenas costumbres.

El autor de este texto tiene dos puntos convenientes por tratar:
(1) Pedir a sus tan amados lectores se le perdone tanta exageración.
(2) El heredero de Osiel Cárdenas Guillén, ahora de setenta y trés años de edad, no ha sido decidido, y se tratará en posteriores publicaciones.

4.4.12

Id

Dream of a dream in the sole dream of a sole dreamer who rows hard against the deep waters of a stream of dream over which a sole dream could get lost and crushed and fed to the wolves and carried away in their blood stream, so it goes into their brains and make it work, so they prowl, so they taunt, so they haunt, so they hunt sheep, so they rip flesh, so they devour sins, so they cry and whisper to the voices in their heads, and their words are carried away while they sleep and dream, and the words reach the nearest shore to rest upon sand, where they could be drifted and reach a thousand rivers around the world to interweave with them, be their voices and froth and suds and fish and growls and laughter and dreams, be torn to particles, form silt form rocks form castles form men, lying men, walking men, running men, thinking men, dreaming men, decaying men, dying men, and hover to the promised land, where children will not stop laughing, where water is crystal and crystal is the mind of the ones who dared tame temptation to attain the utmost dreamt destination where a dream is reality and reality is the shape of their dreams.

Eau de Kung-Fu

El camino del hombre está inherentemente ligado a las brasas por las que muchas veces cruza. Solo el valiente olvida mirar con desdén el camino ante sí. La negación del dolor engendra más dolor. Cubrirse del sol mientras se camina sobre las ardientes brasas es tan absurdo como pedir perdón mientras se peca. El tonto se calza con sandalias de goma antes de cruzar las brasas, el cobarde baña sus pies en agua helada. Correr no quiere decir que se entiende la premura. Las brasas queman las plantas de los pies, el sol quema el rostro, la duda quema el corazón. Tirar piedras al camino ante uno sólo acrecenta el sentimiento de soledad. La soledad nunca es mala en sí misma; no saber como ser permeado por ella es el problema. Si la noche acecha el camino, habrá que tumbarse a dormir y soñar con la luz. El hombre, por más que trate de evitarlo, nunca dejará de andar.

3.4.12

Martín

Todo empezó en Tarragona. La crisis debida al liberalismo falaz que pobló la tierra por más de doscientos años, aunada a la insalubre idiotez de los políticos de aquel entonces, llevó a un grupo de consumidores de cannabis en Cataluña a rentar tierra en el otro extremo de España para producir su tan adorado ocio. Lo cual, obviamente, alegró a los tarragoneses al inyectar cierta cantidad de dinero en su comunidad para tratar de saciar su nada encomiable déficit, a la vez de que los bañaba con el fantasma de ser una autonomía de avanzada. Lo cual, obviamente, hizo que los chiflados conservadores pusieran el grito en el cielo, y agitaran las banderas en contra del supuesto narcotráfico que se promovía por aquellas regiones. Lo cual, obviamente, animó a la izquierda a gritar que la vida era vida por el libre albedrío. Lo cual, obviamente, hizo que mi abuelo, determinista de hueso colorado, le dijera a quien quisiera oírlo que esa cualidad de la vida, supuestamente dada a los hombres por un dios maquiavélico, era una mera ilusión, y de las feas. El debate se alargó por años, brincando de cumbres de la Organización Mundial de la Salud, a cumbres acerca de soluciones judiciales y sociales para con el tráfico de drogas, tanto legales como ilegales. Nadie se ponía de acuerdo, mientras el cártel del Golfo se colocaba como la quinta economía más poderosa del mundo, detrás de China, Wal*Mart, Alemania, y el estado de California. Quince años después de aquel evento en la costa oeste de España, muchos de los extremistas religiosos de aquellos días, entiéndase católicos, mormones, judíos, evangelistas, pentecostales, cristianos y musulmanes, se suicidaron después de malentender un extraño fenómeno astrológico. Todos ellos, los extremistas católicos, mormones, judíos, evangelistas, pentecostales, cristianos y musulmanes, estaban tan resolutamente opuestos a la legalización del consumo de ciertas sustancias, y el resto del mundo estaba tan consternado por su estúpido suicidio, que después de su ignota partida, la legalización de la producción, distribución, y consumo de ciertas drogas entró con apenas algo de ruido en la vida de los más de siete mil millones de habitantes de este planeta. Esto es, los religiosos de cualquier ala moderada entendieron, o quisieron entender, que la prohibición de aquello con lo que uno no está de acuerdo por el simple hecho de prohibir aquello con lo que uno no está de acuerdo proviene de la misma zona oscura del cerebro donde se aloja la idea de suicidarse en masa. Por tanto, cayeron en dedicarse a instruir a la gente en el consumo de espiritualidad para evitar la espiral caída al mundo pernicioso de las drogas. El caso es que, ante la existencia del tráfico legal de todo lo que solían monopolizar, los narcos y cárteles y sicarios no tuvieron más remedio que dedicarse a la exportación de comida y productos tradicionales de sus correspondientes países de origen, sobre todo por la amnistía ofrecida por los gobiernos, amnistía dientes para afuera porque, y esto es un rumor solamente, tales gobiernos se relamían los bigotes ante la rebanada de pastel que les tocaría, legalmente por supuesto, si los narcotraficantes legalizaban sus negocios y cuentas. El consumo de drogas, más que acrecentarse, se dispersó por todo estrato social, alentando el establecimiento de cafés para el consumo de casi lo que fuese, cannabis y hachís principalmente. Los más afectados fueron los ejecutivos de cualquier compañía relacionada con la producción de alcohol ya que, vaya, lo que al principio fue considerado como la irremediable moda de ponerse pacheco, se convirtió en la tradición de ponerse pacheco, y así, esas grandes corporaciones se fueron lentamente hacia la bancarrota. Cadenciosamente, la industria creció, creció, creció y creció a tal grado que se puede asegurar que el consumo legal salvó a la economía mundial.

Dato curioso: el consumo de la Coca-Cola está penado hoy día con un mes de cárcel, dos meses obligatorios de desintoxicación, dos meses opcionales de servicio social, los cuales se pueden saltar si uno tiene cierta cantidad de conexiones en Atlanta, Georgia, y una multa de dos mil créditos. La Coca-Cola se convirtió en un producto ilegal cuando el consumo de tal líquido bajo a cantidades risibles cuando la gente dejo de preparar tragos con ella. Ante tal motivo, The Coca-Cola Company comenzó a lanzar escasísimas cantidades de latas de su refresco, todas diseñadas por artistas de vanguardia, las cuales llegaron a valer tanto como una casa en la Rivera Cortés, un Lexus-Benz de primera generación, un hígado, o un bebé Remoliano. Los gobiernos del mundo, en complicidad con la ahora honorable ACG (Asociación Cartelista del Golfo), y Diageo, ahora productor del famoso Dragón Verde, reclamaron ante la OMCFMIBMBCMyA la pronta dispersión y el cese de actividades de The Coca-Cola Company por prácticas comerciales desleales. Ante la aparición de los bulldozers a las puertas de la única fábrica de Coca-Cola en el mundo, los accionistas mayoritarios desaparecieron con la todavía fórmula secreta del líquido y una cantidad increíble de costales de dinero, no sin antes jurar venganza por tal ofensa. La ahora exageradamente preciada gaseosa es producida en laboratorios clandestinos por todos los Estados Unidos, y exportada al resto del planeta, no sin cierta ironía ya que en la parte inferior de cada una de las latas se puede leer la palabra "vendetta".

Para más información acerca de qué es un bebé Remoliano, quién fué Johannes Remol, la historia de ACG, y qué es un Dragón Verde, consulte posteriores publicaciones.

Aquella noche

La historia es olvidada. La historia olvida. El olvido es historia. Pedro, no. Mi desayuno, las balas en el Cerro de las Cruces, las lágrimas de Margarita, el mal cine mexicano, los cortes de Tino. Toda aparente nimiedad forma parte de un todo histórico. Hasta los palurdos. Hasta Pedro. Él, tan perdido en el tiempo, tan atiborradamente agarrado de un a veces tiempo mejor, sufre como nadie la insaciabilidad de tiempo que no hace nada, según él, más que correr. La gente, dice él, se baña en su mala memoria todos los lunes por la mañana. Y lo dice mientras blande un imaginario rifle y dispara a los imaginarios conservadores que lo aturden desde el pasado que él a veces puede recordar. Mi querido Benito, dice, mi mal logrado Benito. Pero llegará el día en que tú ocupes el lugar que te corresponde, y los gaznápiros que te ignoraron, y que todavía te ignoran, caerán bajo el peso de tu resolución. Olvidar es no ser humano, dice. Olvidar es morir, creo yo. Dar un paso hacia la orilla del mundo sin recordar dónde más has pisado es terrible. Sólo el presente existe, se podrá argüir. Sin embargo, en el pasado están todos aquellos eventos que nos han llevado al punto en el espacio dónde estamos. Y no se me hable de existencialismos y determinismos y objetos y de sueños álgidos, que no se pueden imaginar billones y billones de años de eventos que aún podemos observar. Si no, pregúntenle a los físicos y biólogos y teoretistas de la evolución y demás, dice. Dios mismo es una conexión mnemónica; la divinidad de la que medio pinche mundo presume es un pedazo, un recuerdo, de aquel tiempo en que el Señor tomó arcilla y modeló a cada uno de los seres por poblar la tierra, carajo... La memoria duele, exclama, y duele aun más cuando el hombre resuelve en rascar su cabeza cuando aquello que arde es su corazón.