17.7.13

Creación

Como se ha propuesto en entradas anteriores, la narración de ficción es creación pura, independientemente de que algunos hechos ahí mostrados se puedan contar como recreación de los mismos. Que yo mencione que me ha sucedido tal o cual cosa, o que tal o cual cosa le ha sucedido a alguien más, siendo estos sucesos ocurrencias de la vida "real" no quiere decir que la forma que toman en el universo creado en la historia sea ajena a tal universo. Por ejemplo, tomar una vivencia mía y achacársela al hombre o mujer protagonista de la historia, o por qué no a un secundario de tal, no le quita valor o preponderancia o hasta cierto punto validez a mi experiencia o a la del personaje. Esa vivencia es y seguirá siendo mía, pero también de la persona "ficticia", quien al final la vivirá y resolverá de otra manera, y quien será afectado por ella de otra forma porque rara vez aquel personaje será el mismo que uno. Todo esto no es un punto sin bases ya que lo mismo se puede apreciar en la vida cotidiana, como cuando dos personas cercanas que tienen un gusto muy similar por cierta banda y acuden a uno de sus conciertos. Podrán tener la misma canción como favorita, mas el efecto en cada uno será distinto. De cualquier manera, el universo en el que se mueven tales ellos es un anacronismo, alegoría, analogía de este en el que nosotros nos movemos, pero casi nunca una recreación. La teoría de los universos paralelos aplica perfectamente en el mundo literario, y la posibilidad de que lo que yo retrato en un texto ocurra en algún lugar físico fuera de una hoja de papel o de una pantalla de ordenador está ahí, así como cabe también que yo sea la creación en papel de alguien en algún otro universo. Lo anterior suena hasta cierto punto complejo si uno quiere empatar una visión clara de la existencia misma, pero el hecho de poder sentarse a crear personas y experiencias de la nada, y conjugarlas con algo sucedido aquí en este plano para crear personas y experiencias nuevas, hace mucho por hasta cierto punto darle validez a lo expuesto. Si se duda al respecto podemos usar algo tan simple como la procreación para expandir la posible explicación. Los padres de cierta persona son la conjugación y correspondencia de miles de eventos anteriores a ellos, más la adición de las experiencias del día a día. Estos eventos marcarán indudablemente a la persona por nacer, quien en turno será la conjugación y correspondencia de miles de eventos tanto anteriores como presentes, y esa persona a su vez será un universo propio y distinto al de la persona de al lado. A diferencia de los personajes de ficción, el narrador del entorno y vivencias de esta persona es implícito, aunque no podemos negar la existencia física de tal en un plano distinto. La creación pura en forma de una narración o de que nosotros llamamos vida "real" es inherente a la existencia de hechos de cualquier tipo, y eso se traduce en un propósito inherente a sí mismo en tal existencia.

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