No sé a qué juego
Ni sé a qué escribo
Cual rabieta de alguien muy ensimismado
Hoja y pluma y demasiado tiempo
Lazando palabras a la nada
Cual escape del status quo
Porque duele el hoy
El hoy de caminatas con destino
El de palabras con propósito
Y café sin desatino
Qué coherente he sido
Me encuentro en los espejos
Miro la luna y no las nubes
Será que he perdido el ansia
Por beber cerveza en la mañana
Por brincar las grietas en el pavimento
Y me refugio en estas líneas
Así como así
Vestido en la regadera
Subiendo escalones de a cojito
Mientras paseo al perro
Y la farola no para de decirme
Que mañana en la mañana
Tendré que escribir para no ser yo un día más
10.4.17
8.4.17
Del día en que no fui un zorro
3.4.17
A las once
- Ya sabes, de aquellos que merecen un té de estos...
Aunque el otro José al final le decía que no podía beberlo tanto porque la boca había comenzado a saberle a cenizas. Entonces resolvió sorber té ideal para aquellos desayunos al lado de Támesis en un vetusto parque a las once de la noche. Algunas veces el policía se le acercaba para ver qué hacía.
- Es muy raro ver a alguien aquí que no se esté drogando, no en este parque, no en esta hora...
- Tal vez es una infusión de marihuana, y usted al respirar sus gases se droga conmigo.
Podían hablar ellos dos de deportes, de la nota amarilla del día, del pan de la esquina, y de que cualquier cosa que José y el policía se atrevían a leer.
- A veces no entiendo qué haces aquí a estas horas, José...
Toma su termo, se despide, y echa a andar con Milú, su perro, detrás de él. Resuelve que no ira a casa, es jueves, los viernes no trabaja, y echa a andar a cualquier otro lugar. A la avenida principal, resuelve, ahí hay negocios abiertos todo el día, y puede encontrar algo de comer, para él y Milú. Pasa por restoranes y puestos de tacos, por los zaguanes de señoras que venden garnachas, por tiendas que venden de todo, hasta que llega a las hamburguesas de Lino, aquel que a los ocho años quedó huérfano de madre, y hasta cierto punto de padre, porque éste al perder a la mujer en un accidente de construcción se sumergió en tanto alcohol que Lino no dudaba en decir que su padre era la primer persona del pueblo en morir por combustión espontánea gracias a que Lino para despertarlo algún día le puso una lupa refractando el sol en el tobillo derecho. Nadie sabía cómo había muerto el padre, ni cómo había Lino vivido de los ocho hasta los veintisiete que tenía ahora porque de acuerdo a él mismo, no tenía ni hermanos o tíos o abuelos o algo por el estilo. Sin embargo, aquí estaba él, sirviendo hamburguesas y sonriendo. José pide sus hamburguesas para llevar, diciéndole a Lino que le diera una sin pan para su amigo blanco. Echan a andar después de que Lino le dé un pequeño abrazo...
- Porque, pues, para eso son los amigos y los abrazos, viejo...
Piensa José llegar hasta el Museo de la Historia del Zapato, el cual está frente al grandioso auditorio donde él habría de mirar a la más maravillosa banda de la Tierra: un pequeño grupo que venía del lugar más recóndito del mundo, y que José no pensó jamás ver en vivo porque,
- ¿Cuándo es que un islandés viene a un país sin frío?
Aunque faltan algunos años para ello, y José no tiene la más remota idea de lo que pasaría aquel día porque sería algo tan brutalmente simple y bello que no pararía de parlotear acerca de ello cada vez que alguien lo bastante distraído se lo permitiese. Anda él por entre los árboles con Milú cuando siente que alguien lo aborda. Es un hombre de no más de un metro con sesenta centímetros, con el pelo ondulado y negro, tan negro como sus ojos, como su bigote.
- Señor, buenas noches, ando perdido y ya es un poco tarde, necesito llegar a la estación de autobuses del norte, y pues, no sé para dónde jalar... ¿Sabrá usted?
José piensa en que el hombre va para el otro lado, se muerde el labio pensando en si debería de hacerle señas de para dónde jalar, decirle por qué avenida caminar para quedar lo más cerca posible, y dónde doblar para que no haya pierde. Ve a Milú y éste ladea la cabeza mientras mueve la cola.
- Ande conmigo, que yo le enseño...
Caminan un tramo sin hablar, José con las manos en los bolsillos, el hombre mirando en todas direcciones, Milú saltando de un lado a otro. José mira de reojo al hombre y nota lágrimas en sus ojos.
- Sabe, yo vine de San Luis, bueno, de un pueblo por ahí. Me dijeron que si encontraba trabajo aquí me iría re bien, pero he ido a muchos lugares, pidiendo de lo que sea, y na'más nada. Hoy fui a muchos de esos restaurantes caros, pero siempre me dicían lo mismo. Y yo ya estoy bien desesperado, porque ya ni quiero hacer dinero, sólo quiero juntar para mi boleto de regreso. Obviamente, no tengo nada, nadie me ha dado nada, y sólo voy a la terminal a dormir. Mañana igual y me voy allá para los edificios altos, aunque estén lejos, igual y allá me dejan hacer algo...
Llegan los tres, al cruce en el que José pensaba dejarlo, le da cambio para el colectivo, un par de billetes que le quedan en la cartera, y el par de hamburguesas. Le señala dónde tomar el colectivo que lo acercará a la estación, y le aconseja que no hable con nadie. El hombre, sollozando y sin poder hablar, lo abraza, y se va. José lo ve marcharse hasta que llega a aquel puntito amarillo que marca la parada. Se enjuaga las lágrimas, llama a su perro, y echa a andar mientras saca su móvil y manda un mensaje de texto. Jamás vuelve a fumar.
Al hablar con Yolanda
1.4.17
31.3.17
30.3.17
Sus ojos son el santo grial de cualquier día,
De todos los días,
Su cuerpo nacarado, olor a carmesí y yerbabuena,
Ardor en mi sangre,
Violencia en mi corazón,
Cien filisteos en mi alma yendo a la guerra,
Y yo tan pequeño como un grano de arena perdido en la mar.
Tan todo que llevo sus colores en mi pecho,
Cuando duermo, cuando bebo una cerveza y miro el televisor,
Soy algo sin ella,
Imperfecto hombre trabajando la tierra,
Esperando el hogar que perdí a los ocho años de edad,
Temeroso de la oscuridad de voces marchitas,
Susurrando mi breve paso por el mundo.
Aunque el sol olvida quemarme,
Y los árboles, a mi paso, cantan porque me miran sonreír,
Porque el amor lo es todo,
Mis días sin comida y mi fuego sin leña,
Ando, y sin ser vagabundo,
Bebo, sin algo qué olvidar,
Hombre que anda sin saber dónde, con brazos abiertos y mirando hacia dentro.
A su vez soy chiquillo pintando los montes bañados de flores,
Que escribe poesía sin ton ni son,
Andando descalzo como en aquellos días que no son,
Borracho de viento, bañado de pasto,
Pirata maldito asolando la vida,
Porque mi patria es ella,
Porque mi patria es descanso en el que puedo soñar.
27.3.17
¿Danzar con las aves por tarde?
¿Teñir los cielos con tus labios,
ser el inicio de mis noches?
¿Quieres serlo?
Yo no diré nada,
Sólo te miraré
mientras tomo un sorbo de café,
Y tal vez
tome tu fotografía,
Para cerciorarme de que existes,
Para darle inspiración
a aquel músico que te lleva tatuada en la memoria
después de haberte visto cantarle a las estrellas
mientras nacían una tarde de verano.
Si lo eres,
Podré tenerte sin tenerte,
Tocarte sonatas al violín,
Podré perderte todos los días,
Y vivir de la esperanza del que el sol,
Al otro día, todos los días,
Volverá a ponerse.
Sé mi atardecer,
Une lo rojo de tu ser al rojo vivo de mi carne.
you know, an old man by the window,
reading Hemingway,
sipping on ground coffee,
laughter in the back yard,
a cocaving occasional kiss on the forehead,
no.
It is what I am today,
in a room full of brown furniture,
sofas and chairs,
the stool where I sit and the bar on which I lay the computer,
cracked,
like pavement stomped by lorries.
I am the ghost of the man I will never be.
Sliced throat,
puppet in the strings of quiet mornings,
bland coffee in one hand and anguish in the other,
the coaster reads "speak",
yet typing is as far as I will do,
as to god turned me mute when he deemed me a worthless son.
19.9.16
10.2.16
So then
I could not live where there are no chirps of birds in the afternoon
Singing the sunset
Giving name to each of them things they have seen
Each leaf and cloud and flower
Each piece of breeze and ray of sun
And I could not live where flowers there are none
Their colours absent from my eyes
Absent from my heart
So the bees and hummingbirds just wander
I could not live where the clouds do not happen
Not giving tickles to the sky
Unplaying strings of wind making music
Just hiding in the seas
Afraid of the sun
And above all
I could not live where you are not
Flower to my fields
Cloud to my breeze
Chirp of my joy
Moon of the autumn
You
You are like a beat to the heart life seems to have
24.12.15
The apple
26.11.15
No sex
No tenderness
No words of love
Of comfort
Even of wisdom
I had an OK day
Just OK
That is all you say
Why would you once and then share bits of universe you have happened to be
You won't ask either
Since you are not into how many cans of beer I fancied
You seemed like an OK day yourself
Hence you shut
Choose a bit of telly
Go to sleep
And trust I shall do the right thing
Like a trained beast
I do alright
I stay up in case you would need your lamb
So devoted
Because I would not see you wrong me
O you may say you love me
You would suture yourself up if there were elsewhere a blossom
Care not
Mind not
For I am convinced myself you are the Earth to my oxygen
My six days of week and my ten sighs of wonder
My awe and my morning
My sin and my leper
Storm you are none
Not to me
To me all I eye is miles of tulips
Hence I walk in you and be you
Feel and be you breeze
Smile in your sunlight
While you pour words of love on someone else over the telephone
25.11.15
19.11.15
2.10.15
Frío
28.9.15
5.9.15
Acknowledgement
Eli, Micha et Perri
Jona
My father, my king
Mstislav Rostropovich
Sergei Rachmaninoff
Dmitri Shostakovich
Piotr Illich Tchaikovsky
Jonny Greenwood
Bertrand Russell
Those who remain and remain and wish to remain just because
There shall be nawt my spirit attempt to conquer
31.8.15
Quisiera
Conectarte a mis terminales nerviosas,
Y sintieses el impulso que me recorre al tocar tu piel.
Que sintieses el calor que me llena,
Cuando me tomas de la mano,
Tú cual sol bañando de luz el todo,
Cuando me tomas de la mano y la cintura,
Me acercas y me besas,
Y me dices algo, lo que sea,
Tus palabras, tu voz son canto a la vida.
Si vieses como la luna me arropa en tu ausencia,
Me susurra que habrás de volver,
Y bajo ella haremos el amor y llenaremos el mundo de belleza.
Por estar tus ojos,
Tus caderas,
Tú, el mar hecho mujer,
Tú en este mundo a la vez que yo soy,
Por estar tú la vida no es sólo una coincidencia.
Quisiera,
Cómo quisiera,
Que supieras no ha lineas suficientes, ni hojas ni días,
Para que sepas lo mucho que te quiero.