3.12.13

Entonces la soledad se ha convertido en algo distinto,
En algo dependiente de tu ausencia,
O de tu presencia,
Las tardes frías eran un páramo disfrutable,
Llenas de café, o de té, o de vino o cerveza,
Lo son, lo siguen siendo,
Pero son un bien menor comparado con el calor de tu cuerpo,
Cuando nosotros, echados, desnudos, nos abrazamos en el silencio.

No es lo único, ¿sabes?, no es lo único,
Todavía los árboles susurran mi nombre cuando ando por la avenida,
Todavía el sol me saluda y los perros me sonríen,
Todavía el mundo me arropa cuando me siento a leer,
Pero ahora aquellos árboles me preguntan dónde te has metido esta mañana,
El sol se guarda esos rayos que ha tejido sólo para ti,
Los perros, estupefactos porque no vas de mi mano o brazo,
Y cualquier banca que escoja se siente incompleta.

No es que no pueda disfrutar mi propia compañía mientras los años se hacen viejos, no,
Sino simplemente que yo no soy tú,
Mi risa, mi piel, mis ojos, mi sexo no son de ninguna manera tú,
Tú tan tú como ningún otro ser sobre esta Tierra,
O sobre cualquier otra,
Tú tan intensa, tan loca, tan ordinaria como diferente,
Tan hermosa,
Tú, tus ojos, tus labios y tu sexo, y tus pechos y tus pómulos, tú y tu corazón.

No hay comentarios: