21.4.14

La casa roja

Destápate los ojos. ¿Ves? Es tu nueva casa. ¿Entiendes de que hablo? Aquí podrás venir a descansar, a alejarte de lo que creas conveniente porque no es como cualquier otra casa que conozcas. Sabes, es lejos de ser perfecta, tiene un par de fisuras, la puerta principal tiene una bisagra floja, a veces crujen las paredes, pero yo te pregunto, ¿para que querrías algo perfecto? Tengo que decirte que a veces el viento bufa tan fuerte que se creería que viene a reclamarte algo, pero sólo quiere que le escuches una de aquellas anécdotas que ha recogido en su andar por el mundo, y que vanamente intentes acariciarlo. Ven conmigo, y corre esa cortina anaranjada en el fondo de la estancia. Sé que te encantan las flores. Hay de todos los colores que se te ocurran, aunque obviamente prevalecen las rojas: rosas, gerberas, claveles, margaritas, y algunos tulipanes. Suena estúpidamente imposible, mas puedo decirte que acá jamás se marchitan, que cada vez que atrevas abrir la ventana se te llenara el alma de colores y esencias, cualquier día del año. Éste es un lugar harto inusual, así que deberás acostumbrarte a que se te quiebre la rutina. ¡Oh!, no quiero decir que no podrás tranquilamente echarte en la cama a hacer lo que se te antoje, pero... Pero es una casa peculiar, para mal, aunque mayormente para bien. Piensa en algo que siempre has querido, que siempre has soñado; algo simple, algo tan sencillo que a veces parece ser irreal. Aquí será mejor que la idea que tengas porque será real. Te advierto que ciertas noches el crocitar del cuervo que vive en el árbol del jardín te pegará un susto y te helará la sangre, aunque es un hecho que los sueños plácidos siempre serán mayores a las pesadillas. Ahora, siéntate acá y cierra los ojos. ¿Escuchas algo? ¿No? ¿Qué tal ahora? ¿Sientes cómo va subiendo poco a poco la música? ¿Cómo piano y voz te van envolviendo, y cómo se vuelve inevitable que sonrías? ¿Me creerías si te digo que así podrían ser no todos, mas casi todos tus días? Es iluso y hasta cierto punto cursi decirte que es la casa ideal, con su esencia suave a cítricos y luz tenue por la tarde, cálida en el frío y fresca en el sol ardiente, con estantes llenos de poesía e historias, con una hamaca en el pórtico, con un cielo de azul profundo por la mañana y de rojo intenso en el atardecer, y también con aquellos días en que tormenta o silencio podrían sacarte de tus casillas; es cursi e iluso, aunque pienso no podrías estar mejor en otro lugar.

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