1.12.25
A la distancia
27.11.25
No sólo te lo he ofrecido, sino te lo he dado ya. En el frío y la desesperanza, en la penumbra y con la cabeza gacha; entre trinos de aves y caminatas al sol; en una noche juntos, y cuando fumo solo al amanecer. Porque los rostros de la gente por la calle cobran sentido cuando ninguno es el tuyo. Porque el aliento es sólo aire cuando no es un ventarrón de deseo viniendo de tus labios. Porque mi cuerpo es simple matemática sino eres tú quien me lleva de la mano.
Celoso fui de querer volverme a enamorar. Qué me parta un rayo si me dejo, si me alcanzan. Lo dijo Whitman, me canto a mí mismo, y lo demás no importa. Soy dueño de mi sexo, de mis miradas, de mis voces, de mis textos. Si a alguien intereso, que me busquen, me seduzcan, me convenzan. Yo soy el que soy, y nada más. Ja, pésimo sentido del humor el mío, porque me doy cuenta de que simplemente esperaba por ti.
Mi corazón es tuyo, así como mis labios marcados con tu nombre y mis ojos nacarados con tus rostro. Cerezo que da sombra, la luna creciente, el primer sorbo de café, seré lo que quieras. Pilar de sal después de pecar juntos, el humo de un cigarro en la madrugada.
No sólo lo he ofrecido, sino lo he entregado ya. Si lo dudas, simplemente cierra los ojos, pon tu mano en tu pecho desnudo, y di mi nombre.
24.11.25
Pequeño cuento para antes de dormir
Temeroso pequeño oso rojo
A beber del río
En tenebrosa noche.
Miró el creciente de la azul luna
En el agua, sonriente
Y pudo sonreírle de vuelta.
Extrañándote nomás
23.11.25
22.11.25
Tu azul siendo tan cálido
Tiemblo aunque voy sentado. No es el vaivén del tren. Ni los vestigios de alcohol en mi sistema. Eres tú y tu voz pulsar. Es tu sexo tan salado y tu piel erizada por mis labios. Olvidé mis anteojos, aunque no importa tanto. Quiero sólo ver hacia adentro de mí, en la oscuridad terrible, y ver tus ojos, tus labios. Insoportable calor. Y no es por la gruesa gorra que apenas amilana mi hirsuto cabello, o el desparrame de gente en el vagón. Es porque ardí contigo. Encendiose eternamente por 24 horas mi maltrecho cuerpo. Y sigo en combustión, con tu humor atrapado en mi piel y tu sabor atomizando mis labios. Te veo todavía, vestigio del sol al cerrar los ojos al mediodía. Te beso aunque sé ya vas lejos. Tiemblo. Tiemblo! Tal vez dos horas y llego a casa. En automático sonriendo ya que, ¡demonios! Pensar en ti es suficiente razón causa en esta lenta tarde de otoño.
30.5.25
I hate you. I hate how you make me think of the Milky Way. How I burn when you fucking look at me. How you fucking push me to make out with someone else. How I think over and over that you know, that you don't, that you need to push me away, that you itch, that you hate me too, that you yearn to tear me. I hate that I want you. I hate that you don't. I hate that you give twice as much two shits that I can't have you. And that still do you need me to see you as the cluster of stars that won't brighten your morning. I hate that I say no, then yes, then no.
Would you have me? You know, like a sip of coffee at nine in the morning. Like, you know, like something you never had.
No one else is nothing. Someone else is something, but never you.
I was like, you do know, like you were going to take me and like say, Lie with me, sleep with me, make me breakfast, ignore me, leave, send me a song, wish me a good day, say my name, say my name one, two, three, five, thirteen, forty seven times my name, call me sweetheart without my permission, suffer, and start all over the morning after. Cause I can comply non-stop. Cause you know it and you know it and you'll smile and you'll smile.
And... And I don't know what else to type.