30.5.12

Alto

La coloquialidad de la palabra 'verde' sobrepasa cualquier explicación que yo trate de plasmar acá, ya que el culto a la cantidad bestial de impresiones englobadas bajo tal término es abismalmente mayor a cualquier fe profesada en la tierra, incluso aquella en las letras. Lo que empezó como un cuento chino gracias a cierto fanático de la ficción cuyo desasosiego por sentarse largas horas a escribir ante la insalubre cantidad de ideas narrativas que tenía después de leer a Borges y a Bolaño y a Joyce y a todos aquellos cuyos malviajes quedaron hermosamente plasmados en papel, eventualmente se transformó en leyenda urbana, para después mutar en la agradable perdición de enfermos y enfermos. Cabe aclarar que hay de enfermos a enfermos, y que las razones, tan pérfidas como pareciesen llegar a ser, por las cuales tales o cuales enfermos se abismaron en aquella infusión tan terrenalmente común, pero celestialmente liberadora, son tan distintas como el Ying y el Yang; y tales o cuales enfermos se englutecieron en la perdición de tal bebida hasta mirar el sol cual el páramo del cielo que añoraban abrazar algún día. La ceguera, ya lo dijo aquel argentino, es el laberinto en el cual Dios perderá a aquellos que osen perder a otros en sus propios laberintos. Aun así, el aliento de Dragón sosiega tan profundamente como aquellos mantras que Tso Taun Leng repitió fervorosamente hasta que el fuego lo consumió, y todos los que satisficieron su andar rengo con él sonrieron hasta que el fuego los consumió.

El destilado de marijuana, trigo y patata se produce principalmente en el municipio de Toluca, lugar de su creación y cuna de su culto, sobretodo cuando tal lugar fue alcanzado por la mancha urbana de la Ciudad de México. Yuppies y ninis y hipsters y hippies y rockers y oficinistas despistados y colegiales imberbes y motociclistas y patinetos y amas de casa sin nada mejor que hacer se arrastraron a sus fauces bañadas en legalidad pura. Todo lugar que se llamara así mismo "de moda" lo ofrecía por una módica cantidad que me atrevo a llamar módica considerando la catarata de sensaciones que esta bebida apelmaza sobre sus consumidores. El sabor, seco y yerbabuenoso como Canel´s de a un peso las cuatro pastillas, no empaña el paisaje de palmeras y arena y un sol sonriente que le abrazan a uno el alma misma. Esto es, mientras presiono estas teclas, mientras mis manos acarician mi mente, mientras el corazón le susurra sueños a mi vista, empino el vaso hasta que mis labios dicen basta, y pienso en el amor que cada uno de los más de ocho mil millones de seres humanos me hacen sentir.

No bebo para olvidar, sino para fundirme con el mar. 

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