21.10.20

Quisiera recorrer tu piel con las llemas de mis dedos. Quitarte el frío con mis labios. Que el mundo, allá afuera, todo, se detuviera por al menos un segundo. Un segundo parece tan poco, mas se puede extender infinitamente al perderse en los ojos de alguien. No puedo dejar de mirarte ya que siento la caricia de la Luna desde ellos. No puedo dejar de acariciar tu pelo ya que siento el calor del Sol. Me pierdo dentro de ti ahora porque, como dijo Neruda hace algunos años, tú todo lo ocupas. Así, mi piel contra tu piel, mis labios en los tuyos. Así, mi corazón absorto con tu presencia, tu nombre en mis susurros, mi alma fundida con la tuya. Los segundos son cual días, los días cual lustros, y los lustros son el resto de mi vida. Dejo de ser yo, me comprimo hasta ser un átomo minúsculo, y exploto, al final, como si el universo iniciase una vez más. 

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