30.3.17

Porque estar con ella no se equipara a nada que no sea estar con ella,
Sus ojos son el santo grial de cualquier día,
De todos los días,
Su cuerpo nacarado, olor a carmesí y yerbabuena,
Ardor en mi sangre,
Violencia en mi corazón,
Cien filisteos en mi alma yendo a la guerra,
Y yo tan pequeño como un grano de arena perdido en la mar.
Mi patria lo es todo,
Tan todo que llevo sus colores en mi pecho,
Cuando duermo, cuando bebo una cerveza y miro el televisor,
Soy algo sin ella,
Imperfecto hombre trabajando la tierra,
Esperando el hogar que perdí a los ocho años de edad,
Temeroso de la oscuridad de voces marchitas,
Susurrando mi breve paso por el mundo.
Soy alguien imperfecto a su lado, también,
Aunque el sol olvida quemarme,
Y los árboles, a mi paso, cantan porque me miran sonreír,
Porque el amor lo es todo,
Mis días sin comida y mi fuego sin leña,
Ando, y sin ser vagabundo,
Bebo, sin algo qué olvidar,
Hombre que anda sin saber dónde, con brazos abiertos y mirando hacia dentro.
Y a su vez,
A su vez soy chiquillo pintando los montes bañados de flores,
Que escribe poesía sin ton ni son,
Andando descalzo como en aquellos días que no son,
Borracho de viento, bañado de pasto,
Pirata maldito asolando la vida,
Porque mi patria es ella,
Porque mi patria es descanso en el que puedo soñar.

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