25.6.13

Hilo

Los personajes que habitan cualquier tipo de narración tienen que tener una cualidad que los haga pertenecer a la historia que se narra. Con esto no quiero decir que su existencia se tiene que justificar con tal o cual artilugio narrativo, o que siquiera tengan un peso, de menos ínfimo, en el desenlace del todo; más bien deben ser parte de tal todo al existir dentro del universo de la narración. Vonnegut escribió que cada personaje debe querer algo, así sea un vaso de agua. Ese deseo, tácito o explícito, es en sí mismo parte molecular del universo de la narración y no un ente externo que de lugar a personaje alguno. Todo está contenido dentro sí, y algo externo se mantiene como tal y no es parte de la historia. Incluso algo como el "deus ex machina" - como el mismo Vonnegut en "Breakfast of Champions" - deja de ser una herramienta cualquiera para fundirse en la historia y ser parte ineludible para el desenlace de las cosas; esto es, si se eliminase a cualquier personaje o situación de cualquier trama, "deus ex machina" o no, arguyendo que el resultado será absolutamente el mismo, uno en definitiva ignora el modus operandi no sólo de la narración, sino del mundo donde yo escribo esto y tú lo lees. Por ejemplo, y aquí menciono algo que he visto en múltiples historias: una cadena de eventos en el fondo, sucediéndole a una serie de personas que uno no conoce, en lugares que uno ignora, y que al final tienen relevancia que no se alcanza a entender porque simplemente no se está consciente de ella. Sin dar tanto rodeo, puedo decir que como se ha mencionado hasta el hartazgo, todo pasa por alguna razón; y, ¿quién dice que no es así en narración alguna? No intento decir que hay un manojo de personajes invisibles en la trama, desconocidos incluso al narrador, pero sí decir que aquellos a plena vista están ahí, existen ahí, respiran y miran y escuchan y huelen y sienten y piensan y un largo et cétera por una cualidad que no los hace pertenecer a la historia que se narra - así que me rectifico - sino que los hace ser la historia misma. Cada hilo es una trama por sí mismo, lo sepa o no el narrador, y este hila sin cesar hasta que el desenlace llega y el universo se esfuma. Yo soy un hilo narrativo por sí solo, soy un universo que se esfumará algún día, la tinta dejará de correr, y todos aquellos personajes a mi alrededor, conocidos o desconocidos, eventualmente se esfumarán también, y así será hasta que la tinta que el narrador del todo y la nada a su vez se esfume. Me gusta creer que así algún día alcanzaré el nirvana narrativo, y yo y mi narrador seamos el mismo sin ser algo más que la nada.

Matsuo Bashō
25 de Junio de 2169

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